Qué son los Antioxidantes: Tipos y Beneficios

Los alimentos, además de la función de crear plástico y energía, también tienen la capacidad de proteger la estructura contra la formación de radicales libres.

Este proceso, que constituye la oxidación celular por la presencia de estos radicales, está implicado tanto en el envejecimiento fisiológico general como en un amplio abanico de enfermedades (cardiovasculares, degenerativas, Alzheimer, Parkinson, así como otros tipos de cáncer).

Los antioxidantes en los alimentos pueden ayudar a prevenir algunos de estos procesos, pero también pueden reducir o retrasar algunas de estas enfermedades. Cuando los antioxidantes no pueden prevenir los radicales libres, se dañan las grasas, las proteínas y los genes.

Esta es la razón por la que los antioxidantes deben prevenir las reacciones oxidativas en las células, que producen radicales libres dañinos; la cual juega un papel importante en la prevención y reducción de enfermedades cardiovasculares, tumores y enfermedades neurodegenerativas, así como en el fortalecimiento del sistema inmunológico.

¿Qué son los antioxidantes?

Los antioxidantes son moléculas que previenen la oxidación o el daño celular causado por sustancias dañinas llamadas radicales libres. Son átomos inestables y reactivos que roban electrones de otros átomos para ganar estabilidad y conducir a la destrucción celular.

Estos compuestos químicos interactúan y se neutralizan entre sí. Los antioxidantes se pueden encontrar en el cuerpo como enzimas antioxidantes o pueden ingresar al cuerpo de forma exógena a través de alimentos ricos en antioxidantes.

Los malos hábitos forman radicales libres que dañan el organismo, como fumar, beber demasiado alcohol, estrés, dieta desequilibrada, la contaminación y otros; pero existen alimentos que combaten estos males, así como suplementos, que pueden adquirir en cualquier farmacia departamental.

¿Qué tipos de antioxidantes existen en los alimentos?

Las enzimas antioxidantes dependen de varios minerales como zinc, hierro, magnesio, cobre y selenio. Por tanto, para mantener el equilibrio de antioxidantes endógenos, es necesario mantener una dieta equilibrada.

Por otro lado, los antioxidantes exógenos que se encuentran en los alimentos son principalmente las vitaminas A, E y C  y compuestos fenólicos como taninos, polifenoles y flavonoides, que encontramos fácilmente en frutas y verduras.

Vitamina A (carotenoides): Los carotenoides son precursores de la vitamina A, la cual contribuye a mantener la salud ocular, interviene en el crecimiento celular, es importante durante la comunicación entre las células y es esencial por sus funciones antioxidantes.

Tocoferol (Vitamina E): Los antioxidantes tienen un papel importante como sustancia con diversas funciones de defensa ante la presencia de los radicales libres en los tejidos del organismo. Se ha evidenciado que su deficiencia aumenta las probabilidades de desarrollar Alzheimer, cataratas, epilepsia, diabetes, Parkinson, entre otras patologías asociadas al estrés oxidativo.

Ácido ascórbico (vitamina C): La vitamina C protege a las células, macromoléculas y tejidos del ataque de los radicales libres.

Taninos: Brindan el sabor astringente de cada uno de los productos previamente mencionados y también se caracteriza por conferir la tonalidad marrón a los alimentos en los que se encuentra presente.

Polifenoles: Además de sus bondades, los antioxidantes, tiene papel antibiótico, citotóxico y antiparasitario.

Flavonoides: Al igual que los taninos y los polifenoles, los flavonoides son sustancias, los antioxidantes son considerados fitonutrientes.

¿Cómo funcionan los antioxidantes?

Su aporte es fundamental para mantener la salud en estado de plenitud. Su papel en la reducción del estrés oxidativo, un problema que empeora con la edad, es lo que los hace tan esenciales.

Comer verduras o frutas para absorber estos compuestos es clave para un envejecimiento de calidad.

Llevar una dieta con alto contenido en antioxidantes nos ayudará a prevenir y a mejorar:

• Envejecimiento prematuro, producido por la acumulación de radicales libres.
• Sistema nervioso, ya que se ha demostrado que ayudan a prevenir la demencia, el Alzheimer y el Parkinson, gracias a un efecto protector de las neuronas.
• Enfermedades cardiovasculares, como la aterosclerosis e infarto de miocardio
• Cáncer, ya que los antioxidantes pueden inactivar la carcinogénesis, inhibir la proliferación de células, mejorar los procesos de reparación del ADN y reducir el estrés oxidativo.
• Complementa y mejorar el sistema inmunológico frente a bacterias externas.

¿Por qué tomar antioxidantes?

Los efectos de los antioxidantes pueden influir significativamente en el daño oxidativo asociado con el proceso de envejecimiento. La investigación muestra que los radicales libres tienen un efecto significativo sobre el envejecimiento y que el daño de estas moléculas inestables.

Se puede controlar con una protección antioxidante adecuada, proporcionando un suministro óptimo de nutrientes antioxidantes, ayudando a mejorar la calidad de vida, reduciendo el riesgo de enfermedades relacionadas.

El estrés oxidativo generalmente aumenta con el envejecimiento. Una forma de mitigar este proceso inevitable podría ser el uso de sustancias específicamente designadas para contrarrestar sus efectos.

¿Qué beneficios trae consumir antioxidantes?

La ingesta de antioxidantes puede reducir estos riesgos, ya que actúan como agentes reductores de radicales, donantes de hidrógeno, donantes de electrones, descomponedores de peróxido, inhibidores de oxígeno molecular e inhibidores del procesamiento de enzimas, sinergistas y desechos metálicos.

• Ayudan a prevenir el sobrepeso y tienen fuertes propiedades antiinflamatorias: especialmente los flavonoides que se encuentran en los frutos rojos, la cebolla, el té negro o el vino tinto.
• Ayudan a la recuperación tras el ejercicio y previenen lesiones: como los alimentos ricos en vitamina C como los cítricos, el pimiento, el brócoli o los que contienen vitamina E, como las semillas, las bayas, los frutos secos y los aceites vegetales.
• Mejoran la calidad de vida.
• Estimulan la producción de colágeno, proteína que la piel necesita para mantener la firmeza y elasticidad.
• Previenen ciertos problemas cutáneos, como el acné.
• Reduce las imperfecciones de la piel.
• Secuestra los radicales libres, inhibe la oxidación y el daño celular.
• Tienen propiedades antiinflamatorias, antibacterianas, antitrombóticas, antialérgicas, antitumorales y anticancerígenas.
• Reducen la oxidación del colesterol LDL, comúnmente conocido como “colesterol malo”, evitando la acumulación de grasa en las arterias; y aumento de HDL, conocido como “colesterol bueno”.

¿Alimentos y alternativas donde encontrar antioxidantes?

Estos son los alimentos que debes consumir, según su tipo para tener una dieta balanceada entre los antioxidantes y poder prevenir daños en tu organismo:

En la vitamina A, se encuentra en cantidades importantes en muchos vegetales de consumo cotidiano, generalmente en forma de betacarotenos, como es el caso de las zanahorias, albaricoques, boniatos, patatas dulces, espinacas, brécol, melón, etc. También la podemos extraer de huevos, productos lácteos e hígados de peces y animales.

Las vitaminas C y E se hallan directamente relacionadas, ya que la primera actúa regenerando los radicales oxidados de la segunda. En la vitamina C, se encuentran los alimentos con una mayor riqueza en esta vitamina son las frutas (cítricos, caquis, kiwis) y las hortalizas (pimientos, perejil, coles, cebolla) frescas y crudas. Mientras que en la vitamina E, nueces y semillas, girasol, otros aceites vegetales y hortalizas de hoja verde.

El carotenoide más conocido es el betacaroteno, que se convierte en el intestino en dos moléculas de vitamina A. Esta capacidad de convertirse en vitamina A es exclusiva de algunos carotenos y no posee una relación directa con su potencial en los antioxidante, es buena para la salud visual, además de ser clave en la prevención del cáncer. Se encuentran en frutas y vegetales de colores brillantes, como zanahorias, guisantes, espinacas y mangos.

La luteína y la zeaxantina, al igual que otros carotenoides, los antioxidantes, se encuentran en los alimentos vegetales, pero especialmente en las verduras de hoja verde oscuro, algas, guisantes, puerros, arándanos, brócoli, yemas de huevo, espinacas, acelgas, repollo, col, maíz, tomates, plátanos, perejil, apio, flores de calabaza, el maíz y las naranjas son algunas de las fuentes alimenticias más ricas de este antioxidante.

El licopeno es el carotenoide que imparte el color rojo al tomate y a la sandía y que no se convierte en vitamina A en el organismo humano, lo que no impide que posea unas propiedades antioxidante muy elevadas; Se debe acompañar con una grasa saludable para poder ser absorbido eficazmente como el aceite de oliva,  los antioxidantes del tipo licopeno ayuda a prevenir:

• Las enfermedades crónicas.
• Padecer diferentes tipos de cánceres (próstata, pulmón, mama).
• Las enfermedades cardiovasculares.

 Los Polifenoles, son los antioxidantes que contiene en altas dosis el té verde, que junto con otras sustancias químicas aumenta los niveles de oxidación de la grasa además reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares; son responsables de los tonos rojos, azules y violáceos de muchas frutas, hortalizas y del vino tinto. Los polifenoles tienen propiedades:

• Antiinflamatorias, ya que inhiben enzimas y la proteína C reactiva implicada en los procesos de inflamación.
• Actividad estrogénica, como las isoflavonas, los lignanos y el resveratrol.
• Fijación de metales y proteínas, como los taninos, lo que les confiere actividad antimicrobiana.

El selenio es un mineral está presente en casi todos los ciclos metabólicos, y lo suelo aconsejar como complemento de otros antioxidantes o nutrientes. Los podemos encontrar en arroz, maíz, trigo y otros cereales integrales, así como frutos secos, huevos, queso y legumbres.

Suplementos con antioxidantes 

Si vamos a usar los antioxidantes para prevenir el daño celular, lo ideal sería una combinación de fracciones solubles en agua y solubles en grasa. Por ejemplo, básicamente es vitamina C y vitamina E. Además, si combinar algunos antioxidantes será muy efectivo, por ejemplo, el ácido ferúlico combinado con vitamina C será mucho más efectivo, aumenta la actividad antiinflamatoria y la protección contra daño solar.

También se pueden utilizar de forma tópica combinando diferentes tipos de antioxidantes en cosmética, como el resveratrol, el té verde y las vitaminas C, aumentarán su efecto de protección solar. Otra combinación indicada para la protección de la piel es la astaxantina, que, en combinación con la vitamina E, es particularmente activa contra las especies reactivas del oxígeno, una de las más dañinas.

Si utilizamos aceite o crema que contenga vitamina E o alfa tocoferol, no solo actuará como antioxidante sobre la piel sino también como conservante cosmético. Es ideal combinar antioxidantes orales y tópicos, que es la mejor forma de asegurarnos de que protegemos el organismo.

NOTA: Si padeces estrés oxidativo es recomendable acudir a un especialista en la salud para poder llevar un tratamiento especifico, ya que cada afección es distinta en cada tipo de persona.

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